És temps de roselles, i al taller de musicoteràpia aprofitem per recordar la inoblidable cançó:
Amapola, líndisima Amapola
Serà siempre mi alma, tuya sóla.
Yo te quiero, amada niña mía
Igual que ama la flor, la luz del día.
Amapola, líndisima Amapola
No seas tan ingrata, ámame.
Amapola, Amapola
Cómo puedes tu vivir tan sóla.