Dejo el Aviparc, no por gusto,
sino porque las circunstancias de la vida nos obligan a los cambios. No soy de aquí y mi paso por Barcelona ha
sido también circunstancial. Vine hace
10 años a vivir con una hija casada con un catalán y ahora regreso a Madrid, a
compartir el resto de mi vida con mis otros hijos. No estoy triste, todos me
quieren y volveré a ver y a compartir momentos con personas muy queridas para
mi, aunque echaré mucho de menos tantas cosas!!
Una de ellas y muy importante
para mi son mis días en el Aviparc, mi cole.
He acudido durante cuatro años con el deseo de un niño que va al colegio
y que está encantado con sus profesores y con sus compañeros. Con todos ellos
he aprendido mucho y he compartido momentos entrañables,
que permanecerán conmigo. Todos han sido
importantes, pero quiero agradecer especialmente a Núria el haberme hecho
sentir que soy capaz de hacer muchas cosas, que soy una persona válida y
haberme ayudado a hacer crecer mi autoestima, y a Maite, que me ha tratado como
una “madre”, siempre con una sonrisa en los labios. No se cómo acabará mi memoria, pero estoy
segura que estos recuerdos permanecerán en ella. Pablo, ¿quién te explicará
tantas historias de su pueblo? Un
abrazo. Socorro.